Hacía mucho tiempo que cuando dibujaba, no encontraba ninguna motivación, y los dibujos que hacía, al no ser que me hicieran un encargo, no tenían esencia, ni gracia ni me sentía satisfecha..
El verano pasado, con ese pensamiento en mente, y en pleno pirineo català, más en concreto, en Cavallers, buscando fuera y dentro de mí, topé con una piedra que aparentemente no tenía ningún encanto, pero por sus formas, me gustó.. y la cogí.
Con ella, estuve dos días paseando por allí y recargándome de energías y fuerzas de las montañas.
Cuando llegué a casa, empecé a dibujar, sin pensar mucho en lo que quería hacer.. y estaba en las mismas.. no se me ocurría nada, y no hacía otra cosa que apoyarme en una mano y con la otra coger cositas que tenía por la mesa, muy aburrida...
Volví a topar con la piedra.. que la tenía justo encima para hacer alguna cosita con ella, y mirándola... observándola... vi una cara.. y empecé a soñar, y a soñar.. y a imaginarme criaturas de la montaña, y duendes! y me puse.. y no lo dejé hasta que acabé el boceto.
Cristina de Arcos
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